LA PIEDRA

LA PIEDRA.


Por: Gurka el Delfín.





Caminaba de regreso a mi cabaña, había sido un bonito día de Domingo, jugué con mis animales, nade y descanse tirado sobre las calidas arenas de la hermosa playa donde vivo.

El día ya terminaba, y yo caminaba por la orilla de la playa ,donde el agua del mar apenas me cubría los pies, de repente, llegaba una pequeña olita que me llegaba hasta los tobillos, el agua no estaba fría, era un calido día de verano, y aunque ya pronto caería la noche, no hacia frío.

A lo lejos, sobre una loma, divisaba mi pequeña cabaña, que yo mismo arme, en esa solitaria playa. Mi perro corrió rápidamente hacia ella, mientras mi gato, caminaba un tanto retirado de la orilla ya que detesta el agua y seguramente, esperando que yo lo cargué hasta la cabaña.

Al llegar al centro de la larga y arenosa playa, algo llamo mi atención,justo ahí, entre la orilla y el mar, una particular piedra resaltaba, como una pequeña joya, era muy hermosa, casi una circunferencia perfecta, de hermosos colores rojo ocre, verde y amarillo, la que al ser cubierta por el agua y al retirarse esta, ella relucía mostrando sus colores, tanto que parecían que brillaran en esa tenue luz del atardecer.

Ahí estaba yo, mirando esa hermosa creación de la naturaleza, me pareció tan especial, que la tome y decidí llevarla a mi cabaña, donde podría ver todos los días su particular belleza.

El Sol, ya se había puesto en el horizonte, solo quedaba la luz del atardecer, y yo caminaba cargando la piedra en lugar de mi gato, el no estaba muy contento, pero no me importaba, yo iba fascinado con mi joya.

Al llegar a mi cabaña, puse la piedra en un lugar destacado de mi escritorio, la mire y la note un poco menos brillante, pero me sentía muy cansado, así que me acosté y me dormí temprano. Al día siguiente, entusiasmado voy al escritorío y al verla, solo observe una piedra negra, opaca y sin brillo alguno. No había nada de la belleza del día anterior, al contrario, no era más diferente que una piedra común.



Estaba extrañado, que había pasado con esos bellos colores que relucían y casi lanzaban rayos de color, que había pasado con esa belleza que te hacia alabar la creatividad de la naturaleza, todo eso, se había transformado en algo sin gracia y común y además, como estaba en el mar, tenia en su superficie algas microscópicas, las que al ir secándose y descomponiéndose, eliminaban mal olor.

Molesto, tome la piedra y la tire fuera de mi cabaña, después de un buen rato, decidí ir a la playa y al salir, observe la piedra en la arena blanca, ahí resaltaba por su negrura y no por su belleza. La observe y pensé, como algo tan bello un día podía convertirse en algo tan común al siguiente, me arrodille, la tome y me dio la impresión de sentir una gran pena, como que jamás debí haberla sacado del lugar de donde estaba.

Me pare y me encamine hacia la playa, llevaba la piedra en mis manos, y al llegar al lugar exacto de donde la había sacado, la deposite y al cabo de unos segundos, la piedra volvió a brillar en toda su belleza, mostrando esos hermosos colores que tanto me habían maravillado, ese lugar que estaba vacío, volvía a tener su piedra de colores, la que embellecía todo el entorno.

La joya, había vuelto a su lugar.